viernes, 24 de abril de 2009

LA FARSA VIKINGA: NORUEGOS POCO AMIGABLES CON LA NATURALEZA

El vecino de Panguipulli, Carlos Rios (ingeniero), analiza la idoneidad ambiental de la empresa noruega SN Power para construir centrales hidroelectricas.

Fuente: www.panguipullisinendesa.com

Dejamos a los buenos muchachos de Colbun descansar unos días. Mientras tanto, pasamos a referirnos a otro grupo de señorones que han asomado su nariz por estos parajes, anunciando intentos de expoliación de recursos naturales a precio de ganga.

En la repartija del recurso hídrico regional, asomó a la subasta de lagos, lagunas y riachuelos, un consorcio diferente a Endesa y Colbun. Ni mas ni menos que una Corporación venida desde mas allá del circulo ártico; SN POWER conocida por la chapa “Trayenco” en su proceso de colonización eléctrica de la precordillera valdiviana. Sus gerentes, edecanes y agregados, se muestran a la comunidad como genuinos representantes de una nación con preocupación medioambiental circulando por sus callos y venas. Se transpira en sus páginas webs o en los dichos de sus gerentes comunicaciones, la vocación ecológica de un país; aunque, como intentaremos demostrar, estas premisas, base de su estrategia de vender a la sociedad valdiviana sus proyectos, no necesariamente son tan ciertas.-

Pues bien, atendiendo a sus cifras comparativas con otros países, Noruega resulta ser ambientalmente hablando, un país bastante cochinón. Junto con Japón e Islandia son de los pocos estados del mundo que continúan con la censurable y vilipendiada práctica de la cacería de ballenas. Tales hábitos son una de las conductas mas execrables de la humanidad para con sus hermanos marinos, por la crueldad y sevicia contra seres indefensos. Para que se hagan una idea, en la cacería de ballenas se recurre a un arpón con una carga explosiva que detona en el interior de los cetáceos

Los practicantes de este deporte son reacios a cooperar con la comunidad mundial respecto a la porcentualidad de ballenas impactadas y perdidas. Se estima que esta oscura tasa ronda un 40% de animales que quedan mal heridos, débiles y con infecciones, llegando a agonizar por semanas por los océanos del mundo; tampoco son amigos de reportar el tiempo de muerte de una ballena capturada por lo que mas que probablemente, acometen sobre sus presas aún vivas con hachas y machetes para descuartizarlas y seccionarlas. Esos últimos suelen ser llamados como “métodos secundarios” para privar de vida a un cetáceo. Como puede verse, Noruega brinda gran cuidado a sus ballenas y cachalotes.

En cuanto a las emisiones del CO2, el gas culpable del calentamiento global, Noruega no lo hace nada de mal, siendo el tercer país con cierta relevancia económica en el mundo en cuanto a emisiones per cápita. Un noruego coopera en las emisiones de CO2 a la atmósfera cinco veces más que un chileno. La filosofía de la gente del país nórdico, sus empresarios y sus sindicatos es simplemente contaminar; total, el país es rico y el derecho a emitir gases efecto invernadero, se compra a otros países mas pobres, enmascarando de esta forma las cifras oficiales.

El problema de esta mala educación ecológica del país también alcanza a su generación hidroeléctrica. Los analistas del tema resumen lo anterior en la sobria frase “demasiadas gotas inundan el país”. En ese análisis de la cuestión noruega, si bien se reconoce el beneficio que obtienen las comunidades cercanas a los proyectos hidroeléctricos, las correctas indemnizaciones obtenidas por los pobladores afectados por la construcción de plantas y represamientos, se coincide en que el exceso de pequeños proyectos es dañino. Los defensores de la hidroelectricidad noruega usaban precisamente ese argumento – lo pequeño de sus proyectos - para convencer a las autoridades que sus proyectos tenían viabilidad, sustentabilidad y que resultaban tan inofensivos como un gatito manso, pero terminaron tapizando su país de turbinas causando daños ecológicos irreversibles, con desaparecimiento de especies y modificaciones brutales de cuencas de ríos y lagos.

¿Será esa la Nueva Región soñada por 30 años que todo mundo desea?

Por lo anterior, malamente pueden venir señores portando banderas vikingas, asegurando que sus proyectos son amigables ambientalmente hablando. Basta darle un vistazo al resumen del proyecto Maqueo, donde 8 paredes de vikingo concreto, cerraran los cursos de 7 ríos y riachuelos de la zona desde Pillanleufu hasta Rupameica, extrayendo el agua de sus cauces y privando sus cuencas de un recurso fundamental para el mantenimiento de la biota.

Las represas de Maqueo tendrán una altura entre 6 y 8 metros, dejando fluir por el cauce natural del río solamente un caudal ecológico de alrededor del 10% del promedio anual. ¿Será suficiente ese caudal?. Esperemos que esta vez los amigazos de la DGA, CONAMA, la comunidad y la empresa conversen el tema – a diferencia del caso Colbún – con seriedad y responsabilidad.


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